Todos los tratamientos y terapias relacionadas con la hemiparesia infantil tienen como finalidad (o deberían tenerla siempre) conseguir la máxima autonomía para la realización de las actividades de la vida diaria, por lo que el manejo ha de ser multidisciplinar y el objetivo principal debe ser, sin duda, conseguir aumentar la participación del niño o niña en todo tipo de actividades y tareas en las que tenga interés (hogar, juegos, escuela, deporte, etc.) con independencia de que las haga con más o menos “ortodoxia” de movimientos (lo importante es “poder hacer” y participar).
Son muchos y diversos los profesionales que intervienen o pueden intervenir como el médico rehabilitador, pediatra, cirujano ortopédico pediátrico, neuropediatra, fisioterapeuta, logopeda, terapeuta ocupacional, nutricionista, etc., siendo las modalidades de tratamiento más comunes la fisioterapia pediátrica, el uso de órtesis o férulas, la toxina botulínica, la cirugía y, cada vez más la TERAPIA OCUPACIONAL, sobre la que queremos hablar hoy (y en adelante) para que cada vez más familias puedan conocer en qué consiste y sus beneficios.
Para ello contamos con un excelente resumen con los conceptos básicos de la Terapia Ocupacional en hemiparesia infantil, que generosamente ha preparado para nuestra web el Colegio de Terapeutas Ocupacionales de Cataluña y que agradecemos a su Comisión de Difusión y, en especial, a sus autoras Alba Cabanas Iglesias y Maria Baladas Ortí (podéis descargarlo en este enlace).
Como afirman sus autoras, la terapia ocupacional en el ámbito de la infancia “tiene el objetivo de favorecer un desarrollo armónico que facilite al niño participar con autonomía en las diferentes áreas ocupacionales (autocuidado, juego y educación)” y para ello el terapeuta ocupacional, partiendo de su conocimiento sobre el desarrollo infantil y una visión holística, realiza un análisis exhaustivo de la tríada niño-entorno-ocupación a fin de ubicar los diferentes factores que impactan en su hacer diario.
La intervención del terapeuta ocupacional siempre irá dirigida a favorecer la participación del niño en las diferentes áreas ocupacionales, teniendo en cuenta no sólo los aspectos motores (patrones posturales, tono muscular, coordinación, equilibrio…) sino también los sensoriales, cognitivos, perceptivos y emocionales, además de los contextos en los que se desenvuelve.
A partir de la motivación y los intereses del niño, se fijan objetivos de trabajo de común acuerdo con la familia, porque cada niño es distinto y por eso los objetivos son específicos y dependen de la edad y las necesidades de cada caso, incluyendo el asesoramiento sobre posibles adaptaciones y productos de soporte para mejorar el desempeño del niño/a en los diferentes entornos (por ejemplo adaptar la cremallera de la mochila, utilizar un cubierto adaptado, colocar velcros en la ropa en lugar de botones, ajustar el mobiliario en casa y el aula, etc.)
El terapeuta ocupacional no solo tiene en cuenta la parte motora sino también la capacidad del niño para participar activamente en situaciones de relación: decidir, confrontarse, resolver problemas... aspectos que le permiten diferenciarse para construir su identidad y afianzar así su personalidad.
Esperamos que os guste el artículo y también esperamos vuestros comentarios y sugerencias, que nos ayudarán a seguir aumentando el conocimiento de nuestras familias sobre las distintas terapias y tratamientos que existen para mejorar la calidad de vida de nuestros #hemihéroes.
Y nos despedimos con la misma frase con la que termina el artículo, que ilustra esta entrada (foto de la web de COTOC), y que resume la importancia del “poder hacer”:
“Somos lo que hacemos, y cuando hacemos, ocupamos un lugar en el mundo”
Hola, estoy estudiando terapia ocupacional me interesa bastante este tema por lo cual desearía tener mas información de este tipo. ¿como puedo acceder a mas información como este documento?
- 27 de Septiembre de 2016 a las 01:01